Archivos Mensuales: noviembre 2011

Los homínidos de la Sierra de Atapuerca eran diestros

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Hace 500.00 años los homínidos de la Sierra de Atapuerca eran diestros.

Fuente: Fundación Atapuerca

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Grabado por: Mª del Pino y Fawzi (6º)

Tutora: Gema Carrión

CEIP SAN WALABONSO

Texto original

Hace 500.000 años los homínidos de la Sierra de Atapuerca eran diestros

Los homínidos que vivieron en la Sierra de Atapuerca hace 500.000 años, Homo heidelbergensis, utilizaban preferentemente la mano derecha así como lo harían posteriormente los neandertales. Este hecho ha sido demostrado en un estudio publicado en la revista Laterality, donde han participado investigadores del Equipo de Investigación de Atapuerca, especialmente Marina Lozano, junto a investigadores croatas e italianos. Este estudio ha seguido los pasos de la investigación publicada en 1988, en la revista «Journal of Human Evolution», por José María Bermúdez de Castro, Timothy G. Bromage y Yolanda Fernández Jalvo, en la que por primera vez se mencionó este rasgo humano.

Esta preferencia por el uso de la mano derecha se ha observado tras un profundo análisis de las estrías detectadas en las superficies labiales de incisivos y caninos de diversas poblaciones. Las marcas han sido producidas por el empleo de una técnica que consiste en sostener entre los dientes (incisivos y caninos) algún tipo de material y estirar con la mano, de forma que con la mano que queda libre se corta este material con la ayuda de una herramienta lítica. De esta manera, se ha comprobado que la mano derecha era la preferentemente usada en un porcentaje muy elevado (93.1%) entre los Homo heidelbergensis de la Sima de los Huesos y algunos neandertales en Europa. Es decir, la lateralidad manual del ser humano tiene una antigüedad mínima de 500.000 años.

Fundación Atapuerca Informa (junio de 2011)

El ratón Pérez

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El ratón Pérez

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Grabado por: Laura, José, Mª del Pino y Juan (2º A y B)

Turoras: Chari y Patro

CEIP SAN WALABONSO

Texto original

El ratón Pérez

A Ana se le había caído un diente. Cuando se acostó no podía dormir pensando en la sorpresa que le tenía que traer el ratoncito. Al fin, cerró los ojos y se durmió.

Cuando se despertó por la mañana se acordó del diente y miró en seguida debajo de la almohada.

Había desaparecido el diente y en su lugar aparecía un paquetito chiquitín y un sobre con un mensaje fuera.

«Esto son 10 euros del ratoncito; como él no ha podido venir, me los ha dado para ti. El abuelo.»

Fue corriendo a enseñárselo a su madre pero antes se encontró con Paco. Éste, al ver la firma, le aseguró que el abuelo hacía de ratoncito.

Ana miró el paquete y no pudo contener su alegría.

– Ábrelo, así nos enteraremos -dijo Paco.

Había un papelito muy doblado. Con rapidez, Ana lo desdobla y aparece un plano con unas indicaciones:

1. Por la puerta de la cocina entrarás y tres pasos darás.

2. Gira a la izquierda y busca la puerta pequeña.

3. Entra en la despensa que lo bueno ya está cerca.

4. Cuatro estantes encontrarás: busca bien ¡y lo hallarás!

Con la ayuda de Paco, Ana realiza las instrucciones del plano. Cuando lo encuentra, ¡qué sorpresa!, allí estaba su pañuelo bien anudado, dentro el diente que se le había caído el día anterior y un papelito que decía: «¿Os habéis divertido? Un beso. El abuelo».

Todos se echaron a reír.

 

Tele Escuela de Niebla (Programa piloto)

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Este es el primer programa de Tele Escuela de Niebla elaborado por el alumnado y el profesorado de quinto curso de primaria del CEIP SAN WALABONSO de Niebla (Huelva).

Tutores: Ana Hermos y Juanma Ojuelos.

Cámaras: María y Sergio (5º)

Edición de vídeo: Fernando García Páez.

El cuento de la castañera

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El cuento de la castañera (Popular).

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El cuento de la castañera

Grabado por: Miguel, Lucía, Raúl y Ana (4º A y B)

Tutoras: Rocío y Fanny

CEIP SAN WALABONSO

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El cuento de la castañera

Había una vez una viejecita que vivía en una casa del bosque. Era la castañera. Llevaba siempre una falda muy larga que le llegaba hasta los pies, un pañuelo en la cabeza y una cesta en la mano. Cuando comenzaba a hacer frío iba por el bosque recogiendo castañas.

Un día vio que había muchas y empezó a recogerlas.

-Castaña… a la cesta! – decía muy contenta la viejecita. Cuando tuvo la cesta bien llena, se fue al pueblo y encendió el fuego para poder asar las castañas. Pero, …

– ¿Y las castañas? ¿Dónde están? – La cesta estaba completamente vacía. No quedaba ni una.

Empezó a llover y entre las gotas que caían al suelo, la castañera vio una castaña que caminaba.

-¿Cómo puede ser?-pensó- ¡Las castañas no caminan! Pero… ¡si tienen cuernos!

Se dio cuenta que en lugar de castañas había cogido caracoles. Había por todos los sitios: en la silla, en el suelo, en la pared,…

Volvió corriendo al bosque para buscar castañas. Para no equivocarse empezó a cantar la canción:

“Caracol, caracol, saca los cuernos al sol”

Cuando terminó de cantarla dijo:

-¿No sacáis los cuernos? –Pues entonces sois castañas- Y esta vez no se equivocó, volvió al pueblo muy contenta con la cesta llena y empezó a asarlas, mientras gritaba:

-Castañas! ¡Castañas bien asadas, calentitas y sanas!

Y los niños que salían de la escuela, fueron corriendo y todas las castañas se comieron.

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